lunes, 11 de octubre de 2010

Periodismo, web 2.0 y democracia

Llevo una semana utilizando Twitter con asiduidad desde mi nuevo móvil y en este tiempo he aprendido ya bastantes cosas que me gustaría comentar aquí por si a alguien le sirven de algo. Todas tienen que ver con el uso de la web 2.0 por parte de los políticos y sobre la posible democratización que podría provocar. 
Si un político descubriese que Twitter o FaceBook son dos poderosísimas herramientas para estar en contacto directo con los ciudadanos, para escuchar sus propuestas, críticas e ideas varias, y luego utilizase todo eso para el beneficio de todos lanzando campañas o acciones nacidas de ese diálogo, ese político conseguiría la simpatía de los ciudadanos, que verían que son escuchados y que realmente se trabaja para ellos. Esto haría que ese político aumentase su índice de popularidad, su varolaración en las encuestas (algo muy de moda hoy día) y tendría asegurado prácticamente se futuro por hacer lo que se supo e que debe hacer: trabajar para el bien de todos. 
Sin embargo, tras estos días utilizando las redes sociales de un modo intensivo, descubro que el uso que los políticos hacen de ellas es muy corto. La mayoría de ellos utilizan la web 2.0 como un soporte más para lanzar sus mensajes, sus ideas. Desde luego, esa es una de las grandes capacidades de las nuevas redes sociales, la de difundir un mensaje de manera extensiva y sin apenas gasto. Pero los políticos no usan las nuevas redes sociales para conversar con los ciudadanos, para escuharlos. 
Por otra parte, llevo un tiempo sufriendo una práctica que cada ve más llevan a cabo los políticos: convovar actos donde ellos hablan y no se puede hacer preguntas o convocar actos a los que sólo pueden entrar cámaras de televisión y fotógrafos. Otra vez lo mismo, ellos hablan y los demás solo escuchamos; ellos dan titulares, pero no admiten preguntas; ellos gobiernan y nosotros vivimos y solo participamos de sus decisiones el día de las elecciones. El problema es que esa forma de gobernar no es propia de una democracia moderna, no es propia de una democracia. 
La parte buena, que las nuevas redes sociales y la web 2.0 son una excelente herramienta para ciudadanos y periodistas para hacernos oír, para pedir nuestro sitio en una democracia cada vez más participativa, cada vez más dialogante; una democracia cada vez mejor. Esperemos que nuestros políticos se vayan enterando. 

PD: Escribo este post desde el móvil, así que puede que haya más erratas de las normales y no hay enlaces.