Si el otro día le tocaba al diario El País, hoy el que vuelve a la carga con el tema del IBI y la Iglesia es el diario El Mundo. Todo hay que decirlo, la culpa de esta polémica la tiene la propia Iglesia española. Mejor dicho, los que hablan en su nombre o los que diseñan su política de comunicación pública.
El portavoz de la Conferencia Episcopal Española defiende que la Iglesia no paga IBI diciendo que España no es Italia y preguntándose si lo que se pretende es "subirle los impuesto a Cáritas". Y digo yo, ¿no sería más conveniente que el que hablase a los periodistas no fuese un sacerdote? ¿No sería más oportuno que se explicasen las cosas dando razones y no echando balones fuera?
Como ya dije el otro día, la Iglesia no paga IBI porque la ley dice que no tiene que pagar. Esa misma ley también dice que no tienen que pagar el impuesto de bienes inmuebles los locales de cualquier otra confesión religiosa, los locales de Cruz Roja, los locales de cualquier organización sin ánimo de lucro, los locales de la Administración Pública y otros muchos locales con los que se ha llegado a acuerdos. Por tanto, claro que la Iglesia no pagará IBI hasta que lo digan las leyes, pero, ¿no es mucho más efectivo decir que no lo paga porque la ley dice que no lo tiene que pagar?
Otra cosa. El tema del pago del IBI de la Iglesia ha salido a colación porque en Italia se va a obligar a pagar IBI a los LOCALES COMERCIALES de la Iglesia católica, no a los locales de culto. Pues bien, en España esos LOCALES COMERCIALES de la Iglesia SÍ QUE PAGAN IBI. No los pagan los locales de culto.
Por tanto, como decía el otro día, "IBI todos o ninguno". Es decir, o se modifica la ley para que paguen IBI los locales de la Administración, los de Cruz Roja, los de las demás confesiones religiosas y los de otras asociaciones sin ánimo de lucro, o se deja la ley como está. Pero vale ya de pseudoperiodismo demagogo anticlerical en las secciones de religión de los diarios de información general más leídos en nuestro país.
PD: Como dice un amigo mío, creo que he descubierto el valor terapéutico de los blogs.
