miércoles, 8 de diciembre de 2010

No tiene precio

Hace ya mucho tiempo que no escribo nada por aquí y la verdad es que siempre digo que me tengo que marcar una periodicidad constante porque si no esto no sirve para nada. Pero ya veis, siempre tropiezo en la misma piedra.
Hoy voy a relatar lo que disfruté ayer con mis hijas en un paseo que dimos por un centro comercial de Valencia llamado Nuevo Centro.
Llegamos al sitio sobre las 18 horas y en la carpa de El Corte Inglés nos encontramos con nuestros amigos Marta y Miguel y sus hijas María y Marta. Tal y como nos vieron, Miriam y Noemí no quisieron separarse de María ni un instante y no paraban de ir de un sitio a otro viendo los juguetes, las figuritas del Portal de Belén, los árboles de Navidad llenos de luces y bolas de colores, los Papá Noel de todos los tamaños y colores, la infinitud de muñecos...
Tuve la idea de intentar entretenerlas haciéndoles fotos mientras nuestros amigos compraban un Belén y fue alucinante. ¡Querían hacerse fotos con todo! Y algunas les hice, jeje.
Pero lo que más me impresionó fueron sus caras, esas caras de felicidad, de impresión, de sorpresa a cada paso que daban.
No compramos nada, porque el horno no está para bollos, pero, para finalizar el paseo, montamos a Miriam y Noemí en un tío-vivo que había allí instalado. Ver sus caras de felicidad mientras paseaban y oírlas cuando terminaron decir que se lo habían pasado fenomenal, así con ese tono con el que dice las cosas Miriam, eso no tiene precio.

PD: Escribo desde el móvil y por eso no hay fotos ni enlaces. Luego lo actualizaré.

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